Dicen que el año del mono se caracteriza por su intensidad, inquietud y sorpresa, el mono salta de rama en rama llevándose cuanto puede y este mono se ha llevado como jugando a compañeros y compañeras trabajadores del arte y la cultura, todos ellos, seres humanos que de muchas formas nos han hecho vibrar en esta vida , algunos de ellos en lo personal, entrañables amigos, otros compañeros de ruta y otros que con su creatividad nos han sabido tocar hondamente el alma.

Estas líneas solo se tratan de agradecer, por los encuentros (y por los desencuentros también) a algunos de los que partieron este año en nuestro país; a Carlos Magán, el "Boui" por ser él, por el rockanroll, por Voz Propia y por la magia de cada concierto, a mi profe Reynoso por Los Inocentes, por el buen humor, por tanto y por más, a Mario Delgado por Cuatro Tablas, por los sueños, por los amigos y la familia maravillosa que en el teatro construyó, a Soledad por la terquedad, por la bronca y por los muchos bailes compartidos, a mi querido Pancorvo, “Panco”, por las conversas, porque era un lujo escucharlo, a Chirinos, Gutiérrez e Hinostroza por esa genialidad que hace estremecer, a Chalena por ser maestra, por amar este país y su cultura, a Juan Javier por ser un imprescindible, por las historias, las risas, por todo hacerlo simple y genial, a Lika por el Ojo que Llora, por darle cobijo al llanto y la memoria de tanta gente en este país, a los maestros Venancio Shinki y Juan Piqueras por la sabiduría y la calma y finalmente gracias a alguien cuya memoria me anima a escribir estas líneas, a César Ramos, amigo de generosidad  desbordante  cuyo amor por nuestra cultura lo hizo envolvernos siempre en la pampa de quinua de mil colores con la que soñó el taytacha José María Arguedas.

Este post quizá solo se sume a ser un aplauso más (entre los tantos) a sus vidas y a todo lo que nos dejan, porque ahí viven en nosotros, en cada libro, en cada canción, en cada baile, en cada recuerdo, en cada explosión del alma. Este post quizá sea una absurda kábala, un intento para que la muerte se detenga ahí, en este año cuyo ciclo y energía se cierra en unos días, que el mono descanse, que se acaben estas partidas y que el nuevo año chino sea solo de (re) nacimientos.

Quiero creer que así será.

¡Buen viaje compañerxs, solo me queda pararme, aplaudir y agradecer sus pasos por esta vida!